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cinemovi
SNATCH
CRÍTICA
Por una parte, es injusto que el nombre de Guy Ritchie vaya incondicionalemnte acompañado del explicativo "el novio de Madonna". Pero por otra, es indudable que eso le da una campaña publicitaria extra que favorece a los espectadores, pues tienen mucho más a mano una película tan rabiosamente entretenida como "Snatch: cerdos y diamantes", un filme de trepidante ritmo y estética deliberadamente videoclipera que posee unos de los guiones más brillantes que se han podido ver en meses.
Por si acaso hay alguien que va a verla por el morbillo, Ritchie se permite hacerle un pequeños homenaje a su pareja con la incursión de "Lucky Star" en la película. Pero, evidentemente, "Snatch" tiene muchos más valores mucho más interesantes. Para empezar, su estructura no es nada convencional, a lo "Pulp Fiction" pero con mayor vinculación entre las historias y con un guión, para mí, bastante más inteligente. El humor más negro, la acción más desenfreneda y la trama más enrevesada son los ingredientes principales. Durante casi dos horas seguimos varias historias paralelas que de vez en cuando se entrecruzan, todas ellas detrás de un mismo objetivo: un enorme diamante. Por él no se ahorrará en sangre, disparos y humor, con puntos de muy mala leche.
Los personajes son a cada cual más especial, cada uno en su estilo entrañable, y sus actores, tanto lo más conocidos como los anónimos, están estupendos. Brad Pitt hace bien su papel, pero no es lo mejor de la película. Está también Benicio del Toro, Dennis Farina y un largo etcétera que se meten en la piel de sus personajes y nos hacen sumergirnos por completo en todas las historias; todas son interesantes y divertidas.
La estética de videoclip, en principio se hace algo cargante, pero pronto se hace más sobria y es una manera de rodar francamente interesante, acelera el ritmo de la narración con esa esforzada labor de montaje. Además de los tortuosos giros de cámara, también podemos disfrutar de una estética sucia de los bajos fondos de Londres, y los que han estado allí saben a lo que me refiero. Y, desde luego, es especialmente brillante la manera en que estamos siguiendo las andanzas de unos matones que son de lo más tirado del mundo pero que, entre golpe y asesinato o incluso dentro de ellos, tienen sus momentos de paradójica filosofía que no puede resultar más que chocante en una película de estas características.
Aunque esta película no es perfecta, lo cierto es que no puedo encontrar en ella ningún defecto, que no llega a más porque no quiere hacerlo, está a la altura de sus pretensiones: conseguir una película irreverente, simpática, inteligente y entretenida. Una gran sorpresa en la cartelera que no debe pasar desapercibida para nadie y que a muchos nos va a llevar directos al video club a por "Lock & Stock", porque Guy Ritchie es un nombre que hay que empezar a tener muy en cuenta.
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