.
,
ph:
cinemovi
SNIFF ON: Largometraje: Los condenados
Por Emilio Suárez y Yoanna Sánchez
Guionistas: Robert Busó-García y Danielle Schlief
¿De qué trata?
Ana Puttman (aunque podría jurar que escuché a los personajes diciendo “Puttnam”), regresa con su padre catatónico al pueblo de Rosales con la intensión de convertir la mansión de su familia en un museo dedicado al trabajo médico de su padre y limpiar así los sinsabores hacia su familia que permanecen en los habitantes del pueblo.
Protagonista:
Ana Puttman.
Motivación:
Convertir su casa en un museo dedicado a las investigaciones médicas de su padre para limpiar los sinsabores que existen en los habitantes del pueblo hacia su familia.
¿Quién impide que el protagonista logre lo que quiere?
Los ancianos de Rosales.
¿Qué pasa si el protagonista no logra lo que quiere?
Se irían de su casa y los ancianos seguirán odiándolos. Los Puttman, en este caso Ana, no tienen nada que perder ya que los ancianos de Rosales no mueven ni un dedo para declararles la guerra, o hacer una huelga desnudos en contra del museo, ni siquiera rompen una bendita ventana para asustarlos. Uno de los personajes, Doña Clara, así lo estableció, “O se van de Rosales o mueren en Rosales”. ¿En serio? Ana ni su padre están en riesgo de morir en manos de quienes los odian porque nunca los vemos hacer nada. Buche y pluma no más. No hay nada que provoque en la audiencia tensión o miedo de perder a su protagonista.
Sniffing inicial
Los condenados sufre de varios problemas, no en la historia, pero sí en cómo se cuenta. El misterio es tanto que nosotros (la audiencia) estamos separados de la historia hasta que termina la película. El personaje protagónico, Ana, no nos atrapa; no deseamos que ella logre lo que quiere porque de lo único que somos testigos es de que su padre es catatónico. No hay nada que nos cause tensión o miedo de perderla. No la vemos llegar al límite de la experiencia humana ni la vemos poner su vida en riesgo porque sólo se sumerge en un sufrimiento, que no vemos para al menos apegarnos a ella, que parece no resolverse. Sí, podríamos pensar en todas las cosas buenas que hizo su padre como médico, según menciona ella en el transcurso de la película, pero nunca vemos o somos testigos de lo que significó para ella o si le afectó en su crecimiento o qué de gran valor perdería si no lograba realizar el museo. Si Ana moría en esta historia, nadie la iba a llorar. Por el contrario, de los ancianos odiosos sí nos apegamos porque somos testigos de su estado emocional antes y después de volver los Puttman. Lástima que no dieron un tajo en defensa propia. Hubiera estado interesante verlos haciéndoles pasar las de Caín a Ana para que no lograra su objetivo.
En cuanto a los personajes secundarios que rodean a la protagonista considero que Víctor, el chofer, es el más interesante. Es el personaje que tiene contacto directo con los ancianos y con la familia Puttman; queremos saber cuál es el secreto que guarda. Cipriano, el mayordomo, es una pieza clave que no es utilizada de la mejor manera. Guarda un secreto tan grande con la madre de Ana, y dado el hecho de que no nos importa lo que ocurre con ella, también perdemos el interés por él. La enfermera del Doctor Puttman (ni del nombre nos acordamos porque así de importante es) es un personaje que está de más. No aporta nada a la historia. De hecho, una vez desaparece, no importa; nadie la extraña ni pregunta por ella y lo mismo pasó con Valeria, la asistente de Ana. Ambos personajes parecen sólo cumplir con el propósito de repetir las mismas líneas que escuchamos de Cipriano y Víctor: “Es una mala idea”.
Hay historias en las que abunda la sobre exposición (esas películas en las que cada vez que se menciona el nombre de alguien les sigue el trabajo que tiene, hijo de quién, esposo de quién y cuánto tiempo ha estado trabajando en quién sabe dónde, por dar un ejemplo), pero aquí pasa lo contrario; no hay exposición, ni siquiera la necesaria para poder entender qué pasa. Lo que sospecho es que los guionistas decidieron callar todo hasta el final donde pondrían el gran punto de giro. Es como cuando alguien pregunta a un escritor novato qué es lo que está escribiendo y el escritor le contesta que es secreto; que ya sabrá cuando la historia esté publicada o salga al cine. No seguimos una causa y efecto en la historia. Cuando llegamos al final, tratamos de regresar para que todo conecte, pero no es así. Nos muestran flashbacks para entender ciertas cosas, pero se nos hace difícil porque las escenas que nos presenta no fueron de impacto en el momento en que se nos mostraron por primera vez. Un gran ejemplo resumido de la historia y cómo esconde todo hasta el final es el personaje del Doctor Puttman. No dice nada (como la historia), no se mueve (como el ritmo de la historia), no hace nada… hasta el final. Luego nos sentimos engañados en perfecto español (SPOILER: El Dr. Puttman es gringísimo y lo vemos en una escena, sin embargo cuando despierta tres segundos de su estado catatónico habla con un acento como de que por aquí el English no pasó).
Sniffing final
La historia no cumple con los requisitos necesarios para acercarnos a los personajes y lo que está pasando. Sólo nos aleja del secreto sin darnos algo de qué agarrarnos. No nos deja ser detectives de la historia e ir encontrando pistas que nos haga sentir que sabemos todo hasta que encontramos otra pista más significativa y el problema más grande que tiene es Ana Puttman (aunque podría jurar que escuché que decían “Puttnam).
El autor es guionista y fundador de Script Junkies, única compañia local que se dedica a consultoria de guiones. Es miembro fundador del colectivo Cinemovida y adicional, es profesor en la concentración en Escritura de Guión de la Escuela de Cine de Puerto Rico.
_____________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________
EXPLOTA SITUACIÓN EN FACEBOOK
POR EDUARDO ROSADO
DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2011
Esta semana estalló en Facebook la publicasión de una situación expuesta por Su-Jeng Sang, quien posteo en su wall un comentario que publicamos a continuación. Aun no nos hemos puesto en contacto con la producción de "El Acantilado" para corroborar la veracidad de esta situación, pero ya la IATSE y varios técnicos de la producción estan levantando su voz.
,
ph:
cinemovi